Los piercings más extremos

Actualmente hemos visto que los tatuajes, las perforaciones, y cualquier otro tipo de modificaciones corporales, están cada vez más normalizadas por la sociedad. 

No es extraño encontrarnos con jóvenes que expanden los lóbulos de sus orejas, o que presuman un piercing en su ceja, nariz o labios. 

Cuando vamos a la playa, o a la piscina, es rarísima la ocasión en la que no nos topemos con alguna chica exhibiendo con orgullo un hermoso piercing en el ombligo.

Incluso con hacer una búsqueda básica sobre lo que queremos, como por ejemplo, “piercings oreja oro” podemos encontrar el lugar perfecto para comprar nuestra pieza, e incluso para realizarnos la perforación.

Nada que no hayamos visto antes, ¿cierto? Pero aparte de estos escenarios comunes, también existen algunas perforaciones que no son para nada lo que acostumbramos a ver. 

A continuación vamos a dejarte un top 4 de las perforaciones más complicadas y riesgosas que podemos encontrar en la actualidad.

Algunas personas son incluso capaces de poner en riesgo sus propias vidas, por lucir un piercing extremo. 

Piercing en el Talón de Aquiles 

Se trata de una perforación de alto riesgo, que atraviesa de un lado a otro, de forma horizontal, el talón de Aquiles. 

Es un piercing considerado extremo, ya que el riesgo que corren las personas que deciden llevarlo es de incluso perder la capacidad de caminar. 

Es un piercing que no muchos artistas perforadores se atreven a realizar, ya que está involucrada una zona muy delicada, y no quisieran hacerse responsables por algún daño que pueda ocasionarse. 

Piercing de la Campanilla

Así es, como te lo imaginas, es un piercing que se ubica en la campanilla, aquello que cuelga en la parte trasera de nuestro paladar, y que se encarga de los reflejos vomitivos. 

Hay personas que no tienen estos reflejos tan agudos, llegando al punto de incluso realizarse perforaciones en este pequeño músculo. 

Realizar este piercing requiere de habilidades extremas por parte de las dos personas involucradas.

El perforador debe ser extremadamente cuidadoso y preciso, ya que necesita sostener de forma adecuada la úvula, para lograr atravesarla con la aguja, y luego colocar el piercing. 

A su vez, la persona que está recibiendo el piercing, debe poner todo su esfuerzo y concentración en controlar los reflejos de vómito que podrían dispararse con la manipulación. 

Es un riesgo extremadamente alto, ya que no solo se trataría del reflejo del vómito, sino de las arcadas que pueden producirse, y que con algún movimiento erróneo la aguja podría terminar perforando un área equivocada.

O en el peor de los casos, un viaje al hospital en caso de tragarla. 

Piercing de la Mandíbula

Se trata de un piercing que comienza en la cama de la lengua, en su parte inferior, y que atraviesa hasta el fondo de la mandíbula, teniendo su final fuera de la boca, en la zona externa.

Aunque no parezca, éste piercing también implica un riesgo extraordinario, y se necesita de una excelente higiene bucal para no sufrir ninguna consecuencia.

En la cama de la lengua existen infinidades de vasitos capilares, y si se genera algún tipo de infección, producto de la herida que genero el piercing, nos encontraremos en una situación muy compleja. 

Además, con este piercing en particular, nos encontramos con la desagradable complicación de babearnos por la parte externa de la mandíbula. 

Al ser un canal directo desde el interior de la boca, y estar en movimiento constante, se produce bastante saliva que termina escurriendo a través del orificio de vez en cuando. 

Piercing en la Clavícula  

Es común, sobre todo entre las mujeres, realizarse perforaciones en la piel que está suelta bajo la clavícula. Este piercing se ve bastante bonito, y no implica mayor riesgo.

Sin embargo, existe una versión extrema que no es para nada recomendable, y ésta es cuando realizan la perforación atravesando, por debajo, al hueso de la clavícula. 

Una infección en esa área sería extremadamente peligroso, ya que se esparcería a lo largo de la caja torácica, que está encargada de proteger nuestros órganos internos. 

Además, existe una arteria, que es una de las vías más importantes para la oxigenación de la sangre, que precisamente tiene posición en los alrededores de la clavícula.  En definitiva, uno de los piercings más extremos, ya que el riesgo está directamente vinculado a nuestra propia vida.

Los piercings más extremos

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